Alejandra GN | SC de Tenerife
Una de las circunstancias más complicadas a las que se tiene que enfrentar un periodista es aquella en las que un hecho inesperado sucede. Sus variantes pueden ser múltiples, pero todas tienen algo en común: el trabajo del periodista adquiere una nueva dimensión. Ha de ser capaz de informar con veracidad, a la vez que contrasta y desmiente rumores.
La inmediatez rige en Internet y más aún en las redes sociales. En casos de crisis estos se convierten en la principal fuente en la que todos buscan información de primera mano. La inexistente jerarquización de Internet permite que cualquier persona que disponga de conexión sea capaz de dar su visión de lo sucedido. Pero, a su vez, consigue que los bulos y las mentiras se difundan muy rápido.
El periodista, entre toda esa sobreabundancia de información, ha de encontrar a las personas que hayan presenciado lo que haya ocurrido para comprobar sus informaciones. Si se quedan con lo primero que encuentran y no investigan más contribuirán a que la desinformación se multiplique. Con mayor peligro siendo las figuras en las que los ciudadanos han de confiar.
Para informar en redes sociales, según Fleischer, hay que seguir una serie de normas:
- Desactivar feeds automatizados para dejar fuera de lugar la frivolidad (automatización). Si no se hace de este modo, puede que no dé tiempo a corregir errores y, además, se pierde la interactividad.
- Escribir en primera persona, con testimonios de fuentes autorizadas y testigos presenciales (citando todas las fuentes).
- Mantener un tono serio.
- “Los primeros reportes fallan”. Las primeras versiones rara vez son las verdaderas.
Las inexactitudes son un gran desafío, pero no es el único. En caso de atentado, accidente o similares el morbo y el sensacionalismo pueden ser grandes reclamos. Los periodistas han de sopesar lo que realmente es interesante de lo que no tendrá ninguna repercusión. ¿En el atentado perpetrado en Niza –en el que un camión arroyó una multitud- era necesario que se compartieran las imágenes y vídeos más cruentas? ¿En el descarrilamiento de un tren en Galicia tenía algún valor añadido mostrar las imágenes de los heridos y fallecidos?
La variable geográfica también es un factor que determina la relevancia de las informaciones. Cuanto más cerca ha sucedido algo, más importancia se le da a todo lo que sucede a su alrededor. Sin embargo, eso no ha de hacernos caer en la simplicidad. A veces los medios de comunicación se llevan días hablando de un atentado que ha sucedido en un país vecino, mientras otro que sucede en Asia casi ni se nombra. Si se hace se le dedica un pequeño espacio casi al final. No debemos olvidar que todas las vidas valen lo mismo y la opinión pública también castiga ese “favoritismo”.
En el año 2016, diferentes situaciones de emergencia se sucedieron. La crisis de los refugiados (con Aylan Kurdi, el niño sirio ahogado en una playa de Turquía cuya fotografía se convirtió en viral, como símbolo) y los diferentes atentados, son dos de los ejemplos más importantes (sin olvidar el Golpe de Estado frustrado en Turquía). Todos ellos han tenido gran relevancia mediática, en mayor o menor grado, y en todos se han producidos los errores comentados arriba. A continuación, vamos a analizar unos pocos ejemplos prácticos.
En 2015, se produjo un ataque terrorista en Boston en el momento en el que se celebraba su célebre maratón. Los atacantes aprovecharon el reclamo de tanta gente reunida en Estados Unidas. En este caso, las ganas de ser los primeros en dar a conocer datos consiguieron que múltiples mentiras se convirtieran en virales:
o El servicio de telefonía cerrado (falso).
o Las organizaciones donarían por los RT (falso).
o Una niña murió en la línea de meta (falso).
o Una propuesta de matrimonio quedó truncada (falso).
Uno de los atentados más sonados de 2016 fue el producido en julio en la ciudad de Múnich, Alemania. Un joven de 18 con problemas psiquiátricos disparó contra una multitud a la que había atraído a través de Facebook con un falso reclamo. Con anterioridad a este se habían perpetrado atentados reclamados por ISIS. Así que cuando se conoció lo sucedido en Múnich enseguida se atribuyó a los mismos culpables. Todo ello reforzado por los medios locales y las informaciones oficiales que proporcionaban datos a cuentagotas.
Sin embargo, los periodistas en el afán de ser los primeros cometieron errores como estos:
Este tuit no debería escribirlo un periodista, ese "sin confirmar" ya desacredita todo lo anterior.
Las explicaciones que se dan demasiado rápido suelen estar equivocadas como en este tuit.
Este otro tuit representa otro caso en el que un periodista se adelanta al conocimiento real de los hechos.
Relacionándolo con lo que decíamos del lugar en el que se produce la tragedia, al día siguiente al incidente de Múnich en Kabul se produjo un atentado al que casi no se le dio cobertura periodística en los medios tradicionales.
Recopilación de tuits por @AntonioMaestre
Publicado originalmente en VeruMMortem