Alejandra GN | S.C de Tenerife 

Consolas: Nintendo Switch, PS4, Xbox One y PC. 

Lanzamiento: Agosto de 2020. 

Desarrollador: Lothus Games 

Análisis

Solemos vivir alejados de la concepción de la muerte. A veces es más sencillo ignorarla que ser conscientes de todo lo que supone. Spiritfarer nos enfrenta a ella de una forma muy hermosa. En este juego somos los encargados de ocupar el lugar de Caronte y llevar a las almas hacia el más allá. En el proceso debemos acompañar y cuidar.

Lo primero que nos enamorará al empezar son los diseños de los personajes y de los escenarios que vamos conociendo. La animación puede recordar al estilo del Estudio Ghibli. Luego, será difícil no empatizar con muchas de las historias que van compartiendo con nosotros. Nos irán contando a su ritmo, eligiendo el mejor momento y sin que nosotros podamos intervenir. Mientras nos irán dando recados que cumplir. A su vez, debemos encargarnos de alimentarlos entendiendo los gustos de cada uno. Si conseguimos descubrir cuál es su comida favorita (a base de prueba y error) les daremos una alegría.

Como decíamos, al convertirnos en el sustituto de Caronte tenemos que llevar a nuestros huéspedes a la puerta, pero esto no sucede de forma inmediata. La acción se desarrolla en un barco que podremos ir ampliando pues hace la función de una gran comunidad. En él se encontrarán las casas de nuestros invitados, los huertos, arboledas, herrería, etc. casi todo lo que necesitaremos lo llevaremos siempre con nosotros. El resto, se encontrará en islas que iremos visitando. 

Se trata, por tanto, de un juego de gestión. Si no te suelen gustar este tipo de narrativas, te puede resultar pesado o, incluso, aburrido. Sin embargo, a su favor tiene que las progresiones avanzan al ritmo de la historia y, por ejemplo, no tendrás problemas de inventario. Los recursos los puedes ir recogiendo a la vez que exploras. No hace falta que vayas a un lugar expresamente para conseguir algo, poco a poco, a la vez que investigas y avanzas los irás reuniendo sin casi darte cuenta. 

Reconozco que me costó mucho decir adiós a algunos de los personajes después de que me avisaran de que ya estaban listos para irse. Es parte del aprendizaje del juego: no solo hay que aprender a irse, también a dejar ir, aunque no siempre hay la oportunidad de despedirse. Su gran punto fuerte dentro de los cuidados son que podemos dar abrazos, igual que alimentamos o les damos un lugar para dormir. Les ayudan a ellos, pero también a nosotros al ser capaces de estar ahí y acompañar. Cada uno, según su personalidad, los requerirán en mayor o menor medida. 

El juego esconde algo más que al principio no nos esperamos. Nos lo irá desvelando poco a poco, cuando seamos capaces de aceptarlo. Como todo lo que ocurre en Spiritfarer, las acciones tienen su significado y esconden algo que no veremos desde el principio. El final, personalmente, me dio mucho calorcito. Sucede algo muy tierno que espero que también lleguéis a descubrir. 

Puntuación: 9/10