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Concienciad@s | El Síndrome Premenstrual

Lidia Beatriz | Santa Cruz de Tenerife.

No es ningún mito. El Síndrome Premenstural (SPM) existe, pese a que sea, como tantos otros, un tema tabú.

El SPM se caracteriza, como todos los síndromes, por un conjunto de signos y síntomas que alteran la vida diaria de la persona que lo sufre. Pueden ser tanto de carácter físico como emocional y aparecen en la segunda mitad del ciclo, es decir, una o dos semanas antes del primer día de sangrado y remiten con él. No obstante, hay mujeres que se ven tan afectadas que el malestar se mantiene durante un tiempo mayor.

¿Cómo podemos saber si el malestar se corresponde con un SPM? Lee los siguientes síntomas y anota cuáles de ellos experimentas con intensidad los días previos a la menstruación:

•Alteración del sueño.
•Tristeza o baja autoestima.
•Falta de energía.
•Cambios de humor.
•Alteración del impulso sexual.
•Dolor de cabeza.
•Problemas de concentración y/o mayores despistes.
•Disminuye la tolerancia a los ruidos y las luces.
•Antojos de gran intensidad.
•Ansiedad, nerviosismo, irritabilidad o agresividad.
•Sensibilidad en las mamas.
•Hinchazón abdominal.

¿Has marcado varios? No te asustes. No se sabe realmente cuál es la causa, pero tiene solución. Entre las medidas a tomar se encuentran:

•Beber mucho líquido.
•Comer sano, menos cantidad de una sola vez y aumentar el número de comidas diarias.
•Realizar ejercicio aeróbico.
•No fumar ni beber alcohol.
•Reducir el consumo de café.
•Adoptar técnicas de relajación y tener una buena higiene del sueño.
•Tomar remedios naturales como el aceite de onagra, complementos vitamínicos u otros complementos alimenticios a base de extractos de plantas medicinales útiles en el SPM.

No eres la única persona, gran parte de la población se ve afectada  por el SPM. Lo mejor es hablar claro, ponerle nombre y entender qué ocurre en nuestro cuerpo. También afrontarlo y evitar que perjudique en el desarrollo normal del día a día. Si con las medidas descritas no fuera suficiente, es el momento de consultar con la persona especialista en ginecología y que nos de su mejor opinión y consejo.

Texto original publicado en Verum Mortem.

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