(NASCAR.com)

 

Las carreras como tal son la esencia de una competición como NASCAR. Las mismas consisten en dar vueltas al óvalo en cuestión y ver quién pasa primero la linea de meta. A primera vista puede sonar algo aburrido pero si nos vamos a la carrera en cuestión, todo cambia drásticamente. 

En estas carreras cuenta más que nunca la estrategia, aunque no siempre al nivel de otras carreras como F1, y el motivo principal es el alto riesgo a accidente por la cantidad de coches que podemos ver en pista, normalmente hasta cuarenta pilotos, y lo "estrecho" que puede llegar a ser el óvalo. Las carreras constan de unas 300 o 400 vueltas y parar lo menos posible para que no quedes demasiado atrás y tengas que adelantar a diez o veinte coches que son más lentos que tú. 

A esto se le suman las reglas que la NASCAR suele actualizar casi cada año. Hasta hace un par de años, es decir, 2017, las cosas han cambiado y ahora tenemos "stages" Esto, en resumidas cuentas, son tres carreras dentro de la carrera principal. Esto no implica que quien pase último en la última vuelta no sea el vencedor, tiene más que ver con los puntos ya que, al final, como bien contamos aquí, solo pueden quedar 16 pilotos luchando por la copa final. Ahora NASCAR es más emocionante, más competitiva y, por ello, aumentan los accidentes. Algo tan característico y espectacular de la modalidad como su gran seguridad para con todos, pilotos y espectadores. 

 En próximas entradas os contaremos como funcionan los pit stops, la importancia de un buen chasis de carrera y la importancia a la hora de arañar puntos. Aunque puedan parecer aburridas, solo tienes que pasarte por aquí a partir de febrero y darte cuenta que, bajo mi punto de vista, es una carrera mucho más emocionante que, por ejemplo, el gran circo. Aquí todo puede pasar, cualquiera puede ganar y dar el golpe sobre la mesa. Algo que en otras modalidades sólo está reservado a tres o cuatro competidores.