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ConCienciad@s | Resistencias a antibióticos

Lidia Beatriz | Santa Cruz de Tenerife.

Como su nombre indica, los antibióticos son antivida. Los catarros, resfriados y la gripe son enfermedades causadas por virus, es decir, por agentes que no son considerados seres vivos y que, por sus características, no son sensibles a los antibióticos. Asimismo, cada grupo de antibióticos actúa de una manera determinada y el mismo no es válido para todas las infecciones. Cada agente causal (coloquialmente hablando, cada bicho) tiene sus propias particularidades y será más o menos sensible a un principio activo en base a ello.


El problema al que la sociedad se enfrenta es que los microorganismos han desarrollado estrategias metabólicas para inactivar las moléculas antibióticas, surgiendo así lo que llamamos resistencias. Esto se debe al mal uso y al abuso de los antibióticos.

Es muy importante (en todas las enfermedades) no automedicarse. El médico es el profesional encargado de diagnosticar una infección microbiana y de prescribir el medicamento más apropiado. En muchas ocasiones, se hacen cultivos a partir de muestras recogidas del paciente y se valora cuál de todos los posibles tratamientos es el más efectivo.

Cada vez más especies de bacterias son resistentes a antibióticos. Esto significa que llegará un momento en el que no seremos capaces de curar a los pacientes. Para reducir esto debemos:

-Tomar antibióticos sólo cuando el doctor lo prescriba.
-Seguir el tratamiento completo, sin interrumpirlo con la mejoría.
-Si nos ha sobrado medicación, llevarla a la farmacia para su reciclaje.

Las farmacias no deben dispensar ningún antibiótico sin receta y los médicos deben asegurarse de que realmente es necesaria la prescripción. Entre todos, podemos evitar que sigan surgiendo resistencias.

Texto original publicado en Verum Mortem.

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